Café orgánico
La palabra "orgánico" delante de cualquier producto es de garantía de salud, calidad y respeto por el medioambiente. Pasa lo mismo con el café. Y es que cada vez más fincas se dedican a cultivar este producto sin fertilizante ni pesticidas. Pero café orgánico es mucho más que todo eso.
El cultivo orgánico garantiza que el cafeto se nutre directamente de la tierra. Esto garantiza un aumento de la diversidad y restaurando ecosistemas dañados por sobre explotación.
Pero para hacer esto posible lo primero es realizar un estudio del suelo y de los microorganismos que viven en él. Estos se encargan de degradar la materia orgánica y transformarlas en nutrientes. Las plagas se desarrollan menos en suelos fértiles y los cafetos son más fuertes para resistir sus ataques. Además, el monocultivo (cultivar solo un varietal) no ayuda a mejorar el suelo, por eso en los cultivos orgánicos se suelen cultivar varios tipos de varietales.
Una vez procesado, el transporte también debe realizarse por medios autorizados limpios de productos químicos. Y el tostador también deberá realizar el tueste por separado. Si el café orgánico se mezcla con otros que no lo sean, todo este proceso no valdrá para nada.
Pero que un café sea orgánico no garantiza la calidad ya que esta viene dada por otros factores. Pero si es más saludable. Normalmente, estos cafés son más caros porque sus costes de producción también lo son. Por eso muchos productores de cafés orgánicos y de comercio justo intentan convertir sus cultivos en cafés más especiales o de gran calidad para el consumidor.
Un buen café siempre es aquel que te gusta tomar.