Cata a la brasileña
La cata es la mejor manera de conocer tu café, además si tienes una cafetería o restaurante y quieres aprender como elegir el mejor café para tus clientes, es muy importante saber catar para poder distinguir los cafés de mala o buena calidad.
El tema de la cata de café es muy extenso pero me voy a centrar en la cata a la brasileña.
Los cafés para la cata brasileña tienden a ser mas suaves, con un tueste suave o claro se pueden percibir los defectos rápidamente sin comprometer las virtudes que te puede ofrecer un café sano.
Para preparar la cata seria ideal disponer de un espacio tranquilo y limpio.
Es aconsejable no llevar perfume y que las personas que van a catar realicen el ejercicio concentradas y en silencio.
Podemos disponer de una hoja de cata para tomar nota de las características que observamos en el café, ya sean buenas o malas.
En las tazas de cata colocamos unos 8 gramos de café recién molido, en este momento apreciamos la fragancia. A continuación añadiremos 150 cc de agua mineral a 92 grados. El café primero flota y luego se forma una costra en la parte superior. Debemos esperar 4 minutos antes de romper la costra.
Hay que tener en cuenta que los sabores no se detectan al mismo tiempo. La acidez se detecta en los laterales de la lengua, el amargor en la parte trasera de la lengua, el dulzor en la punta de la lengua y los sabores salados se detectan en la parte lateral delantera de la lengua.
La acidez es una cualidad muy apreciada en el café ya que le aporta viveza y una sensación vibrante, pero, en mi opinión, si estamos catando en cata brasileña y en la taza no se detecta dulzor mejor dejamos de catas y nos vamos a otra cosa. Un café tiene que ser dulce.