Más allá de las características específicas de cada perfil, siempre estamos vendiendo algo y ofreciendo un servicio. Seamos recepcionistas, camareros o parte de un equipo de limpieza, podemos aprovechar la faena para desarrollarnos como persona, y sentirnos realizados haciendo felices a los demás. Un empleado contento atenderá desde ese estado a clientes que se irán encantados con nuestro desempeño, y deseando repetir